Instituir la vida virtual cotidiana como un estado de alerta. Hagas lo que hagas. Como si en cualquier momento, ante todo en los de mayor intimidad, tu asesino fuera a ingresar por tu puerta con una sierra eléctrica y dispuesto a decapitarte. El programa puede tragarte. El programa genera millones de anticuerpos que te detestan y que quieren deshacerte de vos. Es una guerra por la supervivencia. Los sueños deben ser cada vez más oscuros. Cada vez más atentos.